Proyecciones el banco Itaú. La economía argentina se contrae mientras el resto de la región crece
Los principales países de América del Sur tendrán baja inflación y atraerán inversiones. Argentina es la excepción.
Photo by Pepi Stojanovski on Unsplash
En 2019 Argentina se mueve a contramano del resto de Sudamérica. Mientras las otras economías —a excepción de Venezuela— enfrentan un escenario favorable, con inflación de un dígito y tasas de crecimiento de entre 1 y 4%, Mauricio Macri va por la reelección en medio de la recesión y de los precios desbocados.
La semana pasada el Itaú, el mayor banco de la región, organizó un seminario en su casa matriz de San Pablo en el que presentó sus planes de negocios en el área digital y sus proyecciones para los seis países de América del Sur en los que está operando: Brasil,Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile y Colombia.
Las expectativas son positivas, incluso para la gestión de Jair Bolsonaro en Brasil que viene enfrentando varios nubarrones. Los pronósticos de crecimiento para la mayor economía de la región vienen decayendo mientras la suerte de Bolsonaro está atada a la reforma previsional que para algunos analistas no marcha tan rápido como se preveía. Sin embargo, desde el Itaú se muestran confiados en que “la popularidad del gobierno va a ayudar a que la reforma se concrete. Y esto va a permitir un importante ahorro de un trillón de reales”, sostuvo Thiago Macruz, analista de Itaú BBA. A su vez, este envión positivo debería contribuir a bajar la tasa de interés (hoy en 6,5%) y el desempleo, que será de 11,8% este año.
Si bien el Itaú mantiene el pronóstico de crecimiento del 2% en Brasil para 2019, Juan Carlos Barboza, economista jefe del banco para el Cono Sur, admitió que “hay riesgo de que sea menor. El mercado de trabajo va perdiendo fuerza. Brasil está en la unidad de terapia intensiva fiscal y va a seguir allí por algunos años”.
“Las perspectivas son positivas para toda la región, excepto para Argentina”, a la que le corresponde la categoría wait and see. “Vemos una economía con menos desequilibrios fiscales que probablemente vuelva a contraerse ligeramente este año, más del 1%, fundamentalmente por el efecto de arrastre estadístico negativo que deja el 2018”. Respecto a la inflación, Barboza señaló que “la tasa ha vuelto a acelerarse. Nuestra previsión para este año pasó de 30 a 35%. Esto obliga al Banco Central a ser muy duro en su política monetaria”.
Aun así estiman que la economía se va a empezar a recuperar en el segundo trimestre, fundamentalmente por el impacto del agro. En este pronóstico está implícito que, o bien Macri consigue la reelección o se impone una tercera vía, como la de Roberto Lavagna. “Nuestro escenario base es de continuidad de la política económica, por lo que el plan de ajuste fiscal continuaría. El año terminaría con un déficit primario muy bajo — en torno al 0,5%— y eso permitiría que se recupere la economía, en la medida en que Argentina sea atractiva para los mercados”.
“El mercado está abierto para todos los países de la región, excepto para Argentina”, dijo Macruz. Y detalló que para este año se prevé que las emisiones de deuda de toda América Latina alcancen los US$75.000 millones. La cifra está muy lejos de los US$ 148.000 millones que se emitieron en 2017. Con el monto previsto para este año, la región tendrá un saldo a favor. Saldrá a cancelar deudas por US$ 100.000 millones y emitirá por US$ 75.000 millones, lo que implicará que se desendeudará por US$ 25.000 millones. Esta contracción obedece a que los gobiernos prefieren financiarse en el mercado local antes que salir a buscar dólares afuera.
El panorama podría cambiar en caso de que se defina la situación de Venezuela y un nuevo gobierno decida encarar una reestructuración de la deuda de ese país. Si esto se diera habría que agregar otros US$60.000 millones al menú de emisión de la región. Pero la reestructuración venezolana no forma parte del escenario de corto plazo del Itaú. “Podrían pasar 24 ó 36 meses hasta que se concrete,” estiman.
El 27 de octubre será la primera vuelta de las elecciones presidenciales en las dos orillas del Río de la Plata. Y en caso de que hubiera segunda vuelta, otra vez toca compartir fecha, el 24 de noviembre. Hasta aquí llegan las coincidencias, porque los contextos son bien diferentes. En Uruguay, aún sin candidatos oficializados, el Frente Amplio irá por su cuarto período en la presidencia y el Partido Nacional buscará desbancarlo. Las encuestas vienen parejas, pero a los ojos del mercado, mientras los comicios argentinos provocan picos de estrés, la elección uruguaya no despierta temores. “No prevemos cambios en la política market friendly, gane quien gane”, indican en el Itaú. La fe del mercado en el modelo uruguayo se deja ver en las emisiones de deuda: cada vez que el país sale a buscar financiamiento, la oferta que recibe es seis veces superior al monto a emitir. Si bien las perspectivas para los vecinos son positivas, el banco advierte que enfrentan el desafío de la desaceleración. La previsión es que este año el país crezca 1%, con una inflación de 7,5%. “Uruguay necesita avanzar en la consolidación fiscal porque enfrenta un deterioro en el ratio deuda/PBI que es una amenaza sobre la calificación de grado de inversión” que el país ostenta.
Con el 4%, Paraguay exhibe la tasa más alta de crecimiento para este año. La economía de ese país está en un círculo virtuoso de 15 años de expansión, con inflación del 4% anual, y desempleo del 6%.
En Colombia, la proyección del Itaú marca un aumento del PBI de 3,3%, aunque el banco advierte que en ese país “hay desequilibrios macroeconómicos persistentes y menos oportunidades de inversión que en otros mercados”.
Para Chile anticipan que le jugará a favor la recuperación del precio de los commodities, con un alza del PBI de 3,2% y una inflación del 3% en 2019.
En Argentina, el Itaú tiene 86 sucursales y ocupa el puesto 13 en market share de crédito. Milton Maluhy, vicepresidente de Itaú Unibanco, señala que “nuestra participación en el mercado argentino es acorde al nivel de riesgo y volatilidad que siempre hubo en ese país. Siempre fuimos muy conservadores. Por el tamaño del banco en Argentina, los riesgos que asumimos son acotados. Aún es pronto para hacer una apuesta más positiva”. Sin embargo, confían en que el país cumplirá con el ajuste fiscal pactado con el FMI y allanará el camino para que en 2020 la economía crezca 3%. “En Argentina estamos enfocados en la banca corporativa. Al ser un banco pequeño, el crecimiento vendrá por el lado digital. Queremos ser evaluados como el mejor banco digital de América Latina”.
Fuente: El Clarín - ANNABELLA QUIROGA