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Las Claves Inmobiliarias de Latinoamérica

REVISTA INMOBILIARIA

EL PAPEL DE LAS PROPTECH EN EL SECTOR INMOBILIARIO


Photo by Drew Graham on Unsplash

Siempre tendemos a ponerle nombre a todo. En este caso, con el afán de encontrar un anglicismo que sonara a la moda hemos empezado a utilizar el término proptech para definir la necesaria modernización del sector inmobiliario.


Con este nombre propio, se han subido al carro un montón de compañías con buenas ideas para ayudar al sector en este proceso de modernización. Este proceso pasa fundamentalmente por la digitalización y es ahí donde estas empresas tecnológicas tienen mucho que aportar.


El sector inmobiliario nunca ha destacado por ser una industria digitalizada, ya que a decir verdad tampoco ha sido necesario hacerlo hasta la fecha.


Por un lado el cliente tenía apego a tocar, a ver, a entender el inmueble y a la necesidad de pisar el suelo. Por otro lado los procesos de planificación y gestión eran poco estandarizables, con ayuntamientos variopintos, planes urbanísticos poco definidos, proyectos de arquitectura únicos, un código técnico infumable; en fin, se daba más valor añadido al gestor que sabía lidiar con todo esto que al que consiguiera procedimentarlo.


También la construcción tenía unas características inquietantes, llegando a tener que coordinar decenas de oficios en un mismo edificio, con baja cualificación la mayoría de ellos y con unos plazos y condiciones que abogaban más por la rapidez y precio que por la calidad.


Pero pasó el tiempo, las cosas cambiaron y hubo quien al intentar dar algún avance obtuvo buenos resultados. También empezamos a ver la importancia de industrializar procesos, llegar al cliente de una manera más directa, escucharle, aportar transparencia, cuidar la calidad, tomar decisiones basadas en datos y no en sensaciones. En definitiva hacer lo que hacen el resto de las industrias, profesionalizarse.


Es ahí donde hemos empezado a ver buenas ideas de la mano profesionales que se acercan al sector con poco conocimiento inmobiliario pero sí con un gran perfil tecnológico y que están aportando una frescura que está empezando a convulsionar la manera de hacer las cosas en un sector que creíamos inalterable.


Yo catalogaría los avances en el sector en 5 diferentes caminos:


1

Planificación. Aquí Big Data y BIM son los términos más en boga. Para planificar se hace imprescindible tener datos y la gestión de los mismos. Big Data no es ni más ni menos que ayudarnos de un montón de fuentes de datos diversas para obtener una información que pueda servirnos para nuestra finalidad. Ya hay muchas empresas y aplicaciones que nos ayudan a tomar la decisión de qué suelo comprar, dónde hacerlo, qué producto se venderá mejor, a quién debemos venderlo. Todos tenemos una huella digital y esa huella está empezando a ser el mejor aliado de las empresas que quieren progresar. Supone una mejora competitiva.


BIM nos ayuda también a entender mejor el proyecto, a adelantarnos a los posibles conflictos, a permitir la interactuación de varios agentes, a construir en un modelo antes de hacerlo en real.


2

Relaciones con clientes. Las páginas web y aplicaciones tienen que tener más, ser interactivas, escuchar e interactuar con el cliente, permitir preguntar, ver, sentir, contratar, pagar. Las redes sociales tienen un impacto infinitamente mayor del que podamos conseguir con vallas o anuncios con gente famosa en televisión. Hay una nueva manera de hacer las cosas, muchas veces podremos no creer en ella pero el cliente es soberano y a él nos debemos.


La realidad virtual es ya eso, una realidad. Dentro de nada no solo querremos ver sino sentir, oler, tocar.


3

Procesos de gestión. Casi la mitad de los procesos que se realizan en una compañía inmobiliaria se pueden automatizar. Quedó atrás tener que enviar facturas cerrando los sobres con un poco de saliva untada en el dedo para evitar cortarnos la lengua. La videoconferencia es un hecho cada vez más implantado, fuera tediosas reuniones en las que se tarda más en llegar que en debatir. Los entornos colaborativos permiten no solo informar de los cambios en tiempo real sino ser actores de los mismos.


Los cuadros de mando nos permiten saber, en tiempo real, lo que está pasando en cada rincón de nuestra compañía; hoy en día podemos medirlo todo, hasta llegar a asustarnos.


4

Construcción. Quizá el área donde más queda por hacer. Aquí hay dos frentes claros, el de la coordinación entre los agentes intervinientes y la robotización.


Respecto a la coordinación ya tenemos muchos casos de mejora gracias a la aplicación de Lean Construction, tanto, que se hace difícil vivir sin él una vez que lo pruebas; se acabó la torre de Babel.


La robótica ya tiene ejemplos, plantas donde se fabrican estancias completas en entornos controlados, impresoras 3D que permiten proyectar muros en tiempos récord, medidores láser, drones que marcan las coordenadas y dentro de nada pintarán las fachadas. La utilización de procesos industrializados permite acortar los plazos de obra de una manera increíble, ¿una casa en 8 meses?, ya es posible.


Las unidades de medida deben cambiar; debemos pasar del centímetro al milímetro, y de los meses y días a los minutos y segundos.


No nos queda nada para preferir que nuestra casa la haga una máquina, al igual que hoy no querríamos un coche que lo ha hecho un señor a mano, por muy buen profesional que fuera.


5

Producto. El producto inmobiliario, las viviendas, las oficinas, los centros comerciales, los hoteles, se vuelven más tecnológicos, y éste es quizás el camino que más nos sorprenderá en el futuro. Está entrando en nuestras casas sin que nos demos cuenta, y por supuesto ha llegado para quedarse. El IOT (Internet Of Things o Internet De las Cosas) nos está sorprendiendo y si miramos hoy en día ya podemos ver a nuestros hijos jugando a juegos online con gente del otro lado del mundo, altavoces que nos recuerdan nuestros compromisos, hornos programables, contadores a distancia, televisiones con aplicaciones que nos hacen olvidar que existen todavía canales emitiendo, puertas que se abren por bluetooth o huella dactilar, termostatos inteligentes, y hasta aspiradoras que se han convertido en otro animal de compañía. Hasta el médico se mete en nuestras casas a través de la pantalla del móvil.


Y con todo esto todavía nos encontramos con quien dice que no, que lo mejor es el libro de tapa dura, que el cliente prefiere que le mires a los ojos y oler tu perfume, que las redes sociales son un instrumento perjudicial, que donde esté un buen albañil…


Particularmente he estado más de 15 años defendiendo esta modernización del sector inmobiliario y rebatiendo todas esas voces discordantes. Ahora, cuando la transformación tecnológica en el Real Estate se ha convertido en un hecho, permitidme que me dé el lujazo de no discutir más y utilice aquella frase que me decían en mi casa cuando me empeñaba en no ver la realidad, “vale chico, para ti la perra gorda”.


Fuente: ASPRIMA - Alberto Fernández-Aller Roda

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