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REVISTA INMOBILIARIA

La Ciudad de Buenos Aires se encamina a su sovietización

Rodríguez Larreta pretende sumar tres millones de habitantes más a una urbe colapsada en muchos aspectos. Miles podrán vivir en palomares. La descarada sustitución de vecinos.

Photo by José Ignacio García Zajaczkowski on Unsplash

Este mes la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó un nuevo código urbanístico. Va a cambiar -excepto que una mega crisis nos lleve a todos- a la Ciudad de Buenos Aires.


El objetivo expreso, según palabras del Jefe de Gobierno, es que en la Capital vivan seis millones de personas en lugar de los tres millones que somos desde 1947 a la fecha.

Censos de población (Indec):

Año Habitantes 1947 2.981.043 1960 2.966.634 1970 2.972.453 1980 2.922.829 1991 2.965.403 2001 2.776.138 2010 2.890.151



Duplicar la población será un salto no sólo cuantitativo sino cualitativo. Cambiará la vida -y el patrimonio- de los porteños para siempre, destruirá la ciudad como la conocemos, y nos convertirá en extraños en la ciudad en la que hemos nacido y crecido.


Se autorizará:

* Construir en altura en barrios actualmente de casas bajas, * Departamentos de 18 metros cuadrados de superficie, * Eliminar la obligatoriedad del bidet y de la bañadera.


Barrios enteros de casas, muchas de ellas con bellos frentes de art-decó, serán demolidos para construir palomares de nueve pisos.

Un individuo que vive en 18 metros cuadrados no se puede casar y tener cuatro hijos. Los legisladores obligan a cambios en las estructuras de las familias.


COLAPSADA


Hoy la ciudad está colapsada. A pesar de contar con la mitad de la población con la que sueña Larreta. Probablemente por la falta de inversiones que las privatizaciones de Menem no subsanaron.


El actual tendido eléctrico es deficiente igual que la red de gas, o el servicio de aguas corrientes, pluviales y cloacales. El subte es decrépito. Frecuencias de diez minutos o peores. Rieles zigzagueantes, frenos y comunicaciones obsoletas.


Suciedad en andenes, escaleras, pasillos y vagones.


Los hospitales no alcanzan. Algunos no tienen servicio de guardia (impensado hace medio siglo atrás). Tanto Ramos Mejía como Carrillo se morirían de pena -nuevamente- de sólo saberlo.

Los colegios están sucios, les falta pintura, los frentes están deteriorados. Igual estado edilicio revisten los hospitales.


En once años de gobierno PRO no pudieron hacer algo sencillo como arreglar las persianas de las escuelas o pintar las paredes de los hospitales. Mucho menos proveer la cantidad de horas de servicio para satisfacer la demanda.


Es imposible transitar por la ciudad. En automóvil es vivir en un embotellamiento permanente. Como peatón uno debe sortear baldosas mal colocadas y rotas, muchas de ellas producto de obras recientes.

Las personas que duermen en la calle se han convertido en una postal digna más de la Corte de los Milagros que de la Reina del Plata.


ZONAS LIBERADAS


La ciudad hoy -otrora una de las ciudades más seguras del planeta- tiene zonas liberadas, donde los ciudadanos se abstienen de pasar y los vecinos se esconden en sus casas cuando cae el sol. Calles enteras tomadas por vendedores minoristas de drogas, prostitutas que dan sus servicios en veredas o zaguanes, y toda suerte de motochorros, carteristas y saltimbanquis.


Las millonarias obras realizadas son frívolas, de mala calidad y poca vida. Han constituido un dinero-ducto a constructoras, consultoras y asesorías. Tenemos una ciudad endeudada, subinvertida, sucia e incapaz de brindar los servicios básicos de transporte, salud, educación y seguridad a tres millones de personas.


En esta ciudad, el Jefe de Gobierno, con la anuencia de la Legislatura, quieren poner tres millones de habitantes más. Es un adiós a la civilización y a los bellos edificios que todavía subsisten.


Los porteños veremos caer en picada el valor de nuestros departamentos y casas, atacados por la suciedad, la criminalidad, la ausencia de servicios básicos y porque todas las manzanas se cubrirán de edificios de mala calidad superpoblados. Para que unos hagan negocios, las 686.922 familias propietarias de Buenos Aires sufriremos pérdidas patrimoniales.


CON QUE OBJETO


Uno está tentado en pensar que es por dinero. Un negocio conjunto entre funcionarios inescrupulosos y desarrolladores inmobiliarios codiciosos.

Es muy probable que ésa sea una de las razones. O al menos, que ha sido el lubricante para obtener los votos de los legisladores y el silencio cómplice tanto del periodismo socialdemócrata y monocromo del país como de los colegios profesionales de arquitectura y urbanismo.


Después de todo, la alianza PRO-kirchnerismo, en los últimos once años, cedió tierras públicas a Constantini, Werthein e IRSA. Dejaron a los vecinos sin espacios verdes. Capitalismo de amigos a costa de los bienes del Estado. Intuyo que hay más.


Y ese plus es llevar adelante una agenda socialdemócrata. Construir un hombre nuevo, en este caso un porteño nuevo.


Primero, destruir todo símbolo de una Buenos Aires próspera, elegante, fina, culta, orgullosa y, por qué no, pretenciosa. Todo edificio de estilo clásico, francés o art-nouveau debe ser demolido. En lo que a espacio público se trata tanto el Ingeniero Macri como su sucesor, el Sr. Larreta, destruyeron sistemáticamente la obra de Thays. La plaza de la Constitución, donde talaron árboles y reemplazaron el parque por baldosas y un hangar de vidrio. El corredor diseñado por Thays desde la Aduana hasta la Plaza Roma está siendo meticulosamente demolido en este preciso momento. El estilo francés de las tres manzanas de Plaza Lavalle fue reemplazado por baldosas, canteros geométricos bordeados de cemento y bancos rectangulares de... cemento. Destruyeron el Jardín Botánico, el Zoológico y ahora están talando árboles del Parque Tres de Febrero (Thays).


Borran nuestra memoria, tradición y arraigo. Por la misma razón que quitaron los próceres de los billetes y no enseñan más historia en los colegios. Los nuevos porteños tendrán una ciudad igual a otras que hay por cientos en el mundo. Sovietizan Buenos Aires.

Construirán nuevos edificios en alto para miles de personas como hicieron en Londres, donde alojan refugiados y migrantes ilegales. ƒsa es la base electoral de Sadiq Khan, el nuevo alcalde musulmán de Londres.


SUSTITUCION


El gobierno PRO en estos últimos once años puso en marcha un plan de substitución de habitantes. Subió los costos fijos (ABL, expensas), deterioró la seguridad. Expulsó porteños que fueron reemplazados.

El PRO impuso políticas activas de importación de extranjeros recientes. No hablamos de inmigrantes que ya vivían en otras provincias o en el conurbano y que se mudaron a la capital sino que el PRO hizo traer miles de personas, básicamente de los países limítrofes y de Perú.


Las políticas activas fueron: vivienda disponible en las villas, por eso permitió y fomentó la construcción de miles de departamentos de material en los distintos asentamientos, electricidad gratis, agua corriente y cloacas gratis, subsidios directos monetarios, comida gratis en colegios y merenderos. La construcción de estas viviendas de material en las villas es financiada por los narcotraficantes quienes les cobran alquiler a estos migrantes. Los políticos dejan actuar a gusto a los narcotraficantes que usan las villas como enclaves fuera de la jurisdicción de la ley argentina. Un matrimonio de conveniencia.


De igual forma el PRO hace la vista gorda con las usurpaciones. La persecución de este delito fue transferida de la Nación a la Ciudad en el año 2008. Los responsables, desde Garavano a Ocampo, consintieron y consienten las casas tomadas, focos de delincuencia en todos los barrios.

El resultado es que desde el año 2007 a la fecha hay 380.000 nuevos migrantes en las villas miseria (Anuario Estadístico de la Ciudad) y aproximadamente 100.000 personas en casas tomadas. Medio millón de nuevos porteños.


Estos son los ciudadanos deseados por los gobernantes: gente sin historia y sin pretensiones que nada pueda exigirles ni cuestionarles.


Hace unas semanas la Legislatura modificó la Ley Electoral de la Ciudad. Los nuevos migrantes podrán votar para Jefe de Gobierno. Son 228.000 nuevos votantes, la mayoría de ellos viven en villas o casas tomadas. Constituyen el 11% del padrón. Reaseguro para la perpetuación.

El paradigma de la socialdemocracia es que los gobernantes eligen a sus votantes y no al revés. Es por eso que Macron sacó el 90% de los votos en los suburbios árabes del noreste de París. Es de esta forma que Khan ganó en Londres.

Los antiguos porteños pagaremos con el deterioro del valor patrimonial de nuestra propiedad los deseos de perpetuidad de la casta gobernante.

Fuente La Prensa - Iris Speroni

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